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La mantilla en Semana Santa

La Semana Santa es la celebración en la cual las mantillas negras recuperan todo su significado y presencia tanto en las procesiones como en los actos religiosos solemnes.

El diccionario de la Lengua española define mantilla como prenda de seda, blonda, lana u otro tejido, adornado a veces con tul o encaje, que usan las mujeres para cubrirse la cabeza y los hombros en fiestas o actos solemnes.

En esta definición ya se indica parte del protocolo de su uso: cubrir la cabeza y los hombros. Sin embargo, el cubrimiento de los hombros no se respeta en la mayoría de las ocasiones.

Por delante debe llegar a la altura de las manos y por atrás un poco más abajo de la cadera. Nunca debe sobrepasar el largo del vestido.

La mantilla se usa con trajes de una sola pieza con manga larga o francesa, es decir, manga que llega hasta la parte intermedia entre el codo y la muñeca.

Según los expertos, la mantilla se vestirá en Jueves Santo dejando al descubierto cara y pelo (el cabello siempre recogido) y el Viernes Santo la mantilla se colocará cubriendo la frente entre dos y tres centímetros.

La mantilla para las procesiones requiere de peina, que será cubierta por la mantilla, y de broche para sujetarla ya sea de oro blanco, plata o bisutería.

La mantilla y su vestimenta.

Generalmente es el traje la prenda que dirige los complementos a elegir, sin embargo, en el caso de la mantilla sucede al revés. El uso de la mantilla condiciona la vestimenta.

Por ejemplo, en el caso de la Mayordomía de Nuestra Señora de los Dolores de Orihuela (Alicante) se hacen las siguientes indicaciones:

  • Traje negro, liso y sin transparencias, ni escotes pronunciados ni adornos ostentosos, de manga larga y largo de la falda por debajo de la rodilla.
  • Calzado, zapato negro cerrado y sin adornos dorados o plateados. Queda totalmente prohibido llevar sandalias o zapatos destalonados.
  • Guantes negros.

A estas precisiones, también se puede añadir el uso de pendientes más bien largos de oro blanco con brillantes o circonitas, de plata, perlas o azabache.

La mantilla y sus requisitos para vestirla.

A continuación anotamos los requisitos para vestir una mantilla en Semana Santa correctamente:

  • La mantilla cubre cabeza y hombros.
  • La mantilla por detrás sobrepasa la altura de la cadera, nunca debe quedar por debajo del vestido.
  • Vestido negro de una pieza de terciopelo o de crepé.
  • Largo del vestido a la altura de la rodilla, nunca por encima.
  • Manga del vestido larga o francesa.
  • Escote del vestido cerrado, tipo barco o a la caja.
  • Guantes negros sin encaje.
  • Medias negras finas sin adornos, no tupidas.
  • Zapato negro salón de tacón medio.
  • Pelo recogido en un moño bajo.
  • Broche de la peina de oro blanco o de plata.
  • Pendientes conocidos como los «de Virgen», largos de oro blanco, plata o perlas.
  • Colgante de plata discreto en el cuello, como una cadenita con una cruz. No se admiten las perlas.
  • El maquillaje debe ser discreto y natural.

La mantilla, prenda del siglo XVII.

La mantilla, prenda esencialmente española, extendió su uso en el siglo XVII y se generalizó durante los reinados de Carlos III y Carlos IV.

Entre los años 1660 y 1680 las mujeres empiezan a usar tocados de largas caídas de encaje que se prendían al pelo por detrás. Algunos estaban confeccionados en varias capas de seda y encaje.

Las majas difundieron su uso en las ciudades, llevaban mantillas de color sujetas con peinetas. Las majas eran las mujeres de los barrios bajos de Madrid que se distinguían por sus trajes vistosos. Su paso a mujeres de elevada posición se produjo en tiempos de Fernando VII (siglo XIX).

Al principio la mantilla estaba confeccionada en paño y seda. Posteriormente estas se sustituyeron por las de blonda y encaje.

 

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